El Rojo empató 1 a 1 en Avellaneda pero había caído en Brasil. Los goles fueron anotados por Kaio Jorge para los brasileños y Lucas González para los argentinos. Los de Avellaneda terminaron con 9 por las expulsiones de Insaurralde y Barreto.
Independiente quedó eliminado esta noche de la Copa Sudamericana al empatar 1-1 con Santos, en el estadio Libertadores de América, por la revancha de la llave por los octavos de final (el «rojo» había perdido 1-0 en la ida).
El equipo de Avellaneda terminó con nueve hombres por las expulsiones de sus zagueros centrales Juan Insaurralde y Sergio Barreto. Los goles fueron anotados por Kaio Jorge para los brasileños, en el primer tiempo, y Lucas González para los locales en el segundo.
Ahora, Santos será local en la ida de los cuartos de final ante Libertad, de Paraguay, conducido por el argentino Daniel Garnero, justamente exjugador y director técnico de Independiente.
Respecto del encuentro de esta noche en Avellaneda, el inicio lo mostró a Independiente sorprendido por la postura del adversario, que se plantó con sus líneas adelantadas y alcanzó rápido la posesión de la pelota para imponer condiciones.
Con ello la visita puso en aprietos a la defensa roja, que junto a la línea de volantes debieron esforzarse para controlar esa superioridad de Santos y poder equilibrar las acciones.
Pero superado el cuarto de hora los dirigidos por Julio Falcioni lograron superar esa presión alta para no darle salida clara a los brasileños y de ese modo empezaron a inquietar al muy eficaz arquero Joao Paulo, que respondió con notable reacción a un remate a quemarropa de Alan Velasco, tras un centro de Fabricio Bustos (18 min).
Lo mismo aconteció cuando Silvio Romero desbordó por derecha y envió un centro que se desvió al rozar en el zaguero Kaiky, que a punto estuvo de batir su propia valla, de no mediar la repentización del guardavalla para contener junto a su poste izquierdo (21 min).
Estas situaciones animaron a los de Avellaneda para afirmarse en el campo y animarse a un asedio mayor sobre el área visitante, lo que obligó a los de Brasil a retrasarse y ensayar esporádicos contraataques.
Sin embargo, en un minuto Independiente pasó de estar cerca de tocar el cielo a caer en el infierno por tres errores consecutivos, en ataque y en defensa.
Sebastián Palacios definió mal, con un tiro prácticamente a las manos del arquero rival, un buen ataque comandado por Silvio Romero (37 min), y tras eso vino la réplica de Santos.
Al perder la posesión de la pelota Velasco, en la mitad de la cancha, facilitó al uruguayo Carlos Sánchez (ex River Plate) -el más claro para exponer la idea de juego del equipo santista-, para meter un pelotazo largo para el pique de Jorge.
El centrodelantero, a la vez. aprovechó la falla de Juan Insaurralde en el despeje, para hacerse del balón y vencer la desesperada salida de Sebastián Sosa, convirtiéndose en verdugo del ‘Diablo’, igual que en la ida en Vila Belmiro (38 min).
Segundo tiempo
Si esto complicó las aspiraciones del dueño de casa lo que iba a suceder al comienzo del segundo tiempo lo puso entre las sogas.
Porque en el primer cuarto de hora desperdició tres claras situaciones para llegar al empate, ratificando la ineficacia para convertir en los cuatro últimos partidos oficiales anteriores -dos por la Copa de la Liga Profesional; el de ida con Santos por Sudamericana; y el de la primera fecha del torneo local-.
Después de eso, llegó la discutida expulsión de Insaurralde -VAR de por medio- por un leve empujón a Marinho, cerca de ingresar al área en una ocasión clara de gol (15 min).
Y cuando la noche se tornaba más espesa para Independiente apareció la luna de Avellaneda para iluminar y sacar a relucir la estirpe copera de los Rojos, que con un hombre menos alcanzaron a revertir esa mufa ante los arqueros rivales.
Así pudieron llegar al empate con el gol del ingresado Lucas González al meter un zurdazo fulminante para vencer a Joao Paulo, al capturar una pelota que había quedado boyando en el área tras una fallida definición de Silvio Romero (23 min).
De allí hasta el final, Independiente fue dominador con mucho amor propio para seguir generando situaciones de gol como para cambiar la historia, como sucedió en aquel histórico partido en Brasil, entre los mismos contendientes, por la Copa de Campeones de América -actual Libertadores- en 1964 (3-2 para el Diablo, que lo dio vuelta con un jugador menos).
Sin embargo, hasta el último minuto de los 8 adicionados Joao Paulo continuó desbaratando esas posibilidades, por lo que el arquero del Santos no solo fue la figura del partido, si no que , fundamentalmente, el artífice de que Independiente no pasara de ronda, también por todo lo que atajó en la ida.
Hasta le privó de la alegría de un gol al capitán del Diablo, al Chino Romero en el día que cumplió 33 años.
A Independiente se le podrán criticar algunas desatenciones y errores en las definiciones, pero se le deben valorar su postura en ambos partidos, en los que fue de menor a mayor y en los que terminó siendo superior al rival y con muchas más ocasiones de gol a favor.
Claro que después de esta noche, muchos hinchas del se preguntarán cuál es el estigma del Santos, al que nunca se le pudo ganar en Avellaneda.