Objetivo cumplido. Rubén Rézola formará parte del equipo olímpico argentino de canotaje para Tokio. Logró la clasificación en el contexto de una definición celebrada en Szeged, Hungría, en la copa del Mundo. El santafesino le ganó el duelo al rosarino Ezequiel Di Giácomo en las aguas de Szeged y será representante argentino en el K1 200 masculino de Tokio. Para el santafesino serán los terceros Juegos de su historia tras Londres 2012 (quinto) y Río de Janeiro 2016 (decimosexto).
Como no hay tiempo que perder, el palista del Club Náutico El Quillá volvió lentamente a los entrenamientos en El Quillá, y luego de su rutina diaria, tuvo la deferencia habitual de atender la requisitoria periodística. «La verdad es que es un orgullo grande para mi haber clasificado a otro Juego Olímpico, fue dura la espera, fue largo el proceso, hoy estoy muy feliz y muy contento, pero tuve que pasar por varias etapas que fueron muy duras. Como te contaba, estuve a punto de retirarme, y gracias que trate de salir a buscar lo positivo, de todas esas situaciones, pude llegar a un buen nivel en la definición» comenzó expresando Rubén Rézola a UNO Santa Fe.
El palista santafesino comentó que «el año pasado fue complicado, pero dentro de todo esos tres meses que estuvimos encerrados, gracias al apoyo de mis auspiciantes, tuve la posibilidad de tener las mejores condiciones. Pude gracias a mi gimnasio, conté mis elementos para trabajar todos los días, y gracias a Sotic, tuve el ergómetro que me regaló en 2016, lo que me permitió remar todos los días también, no era lo mismo, pero yo estaba cumpliendo con mis horas de entrenamiento proyectadas».
En el mismo sentido agregó que «llegó un momento que la motivación cayó un poco, se veía que los juegos no se hacía, porque no venían competencias, se había complicado el año para todo el mundo, entonces igual continué entrenando a pesar de que no fue sencillo. En 2020 casi que no concentré con la selección, decidí ir a una a mediados de diciembre, y la otra no, ahí tomé la determinación de quedarme en mi casa, y después ya en 2021, fui a todas las concentraciones en La Plata».
El representante del Club Náutico El Quillá describió que «tener las concentraciones me ayudo para tomar le decisión de irme a Buenos Aires con el apoyo de todo mi entorno, pude cumplir con algo que yo quería, que era clasificar a los juegos, y encontré la actitud que requería para poder entrenar desde ahí hasta ahora, y lo que me queda de estos dos meses para ir a Tokio».
«En Hungría estaba cambiando el clima, entonces un poco venía viento sur con calor, y como ya están pasando para primavera, llovió y hacía fría. Después cambió el clima, y el viento se puso en contra, bastante fuerte, y me tocó competir la serie con el viento muy intenso. Mi grupo de la preliminar fue muy duro, estaban todos muy bien, pero me faltó poquito para pasar a la siguiente fase» señaló sobre las preliminares de la competencia desarrollada en Szeged.
Rézola, que compitió en el K1 200, explicó que «igualmente mi objetivo en Hungría no era otro que lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos. En el mano a mano con Di Giácomo, fue el mismo viento encontra, pero me sentí mucho mejor que en la competencia, porque también hacía mucho tiempo que no largaba en un largador automático, entonces había un poco de tensión, largar ahí, vino bien, la competencia en sí fue muy buena, competimos los dos solos. Pasó que nosotros ibamos a competir el martes siguiente, pero se adelantó por un malentendido con los pasajes, se dio así, y con final feliz. Me sentí muy bien y se dio la clasificación en ese momento».
«Poder representar al país en mis terceros Juegos Olímpicos me puso contento porque logré el objetivo que me había puesto por delante. Ahora poder traer esa posibilidad para Santa Fe, para el club, para mis auspiciantes, y todos los que siguen me da una alegría enorme. No te miento si te digo que por momentos vi lejos la posibilidad de clasificar, pero lo logré, sobre todo teniendo en cuenta que estuve a punto de retirarme» comentó el palista santafesino que representará al país en Tokio.
Su clasificación a Tokio y participación en el Mundial, en medio de la pandemia, no fue sencillo, por todo lo que hay que afrontar cuando se ingresa a un país europeo. «Fue muy complejo ingresar, llegamos a Turquía, nos pedían el test negativo, y después en Hungría fue más duro, porque nos pedían la invitación del país para ingresar. La encargada de migraciones no quería dejar de pasar a uno de los chicos que no tenía una copia. Nosotros los de 200 metros si lo teníamos todo previsto, y pudimos pasar sin problemas. Desde el aeropuerto de Budapest, a Szeged, hay como dos horas en micro, como de Santa Fe a Rosario, llegamos de noche, y nos fuimos directamente a conocer la pista».
A cerca de como continúa su preparación, Rézola sostuvo que «ahora estoy esperando que me dejen salir lo más rápido posible para Europa, porque tengo calor allá, voy al norte de España, a Tarazona, donde ya fui los últimos años. Voy a ir a entrenar con el equipo español, mi idea es irme antes de una concentración que hay Ensenada, pero pedi por favor no ir por el tema del frío. Dijeron que iban a analizar de darme el permiso. Acá en Santa Fe, ahora esta semana es más tranquila, buscando recuperarnos de la paliza que tuvimos, para luego subir la exigencia y haciendo más cuestiones vinculadas a la velocidad».
A pesar de la pandemia y las restricciones, por un permiso especial de las autoridades competentes, Rubén no detiene su preparación. «Si bien el clima está un poco más fresco, aprovecho a concurrir al club a entrenar al mediodía, con el sol, y aprovechando cuando hay buen clima. Voy al gimnasio, tengo que coordinar los horarios del preparador físico, porque lo abre para mi. A la tarde también vengo al agua, y es algo que quiero agradecer a Náutico El Quillá, porque me abren solamente para mí, y eso es un gesto que debo destacar».