Unión se metió en los octavos de final de la Copa Sudamericana, tras aplastar a Junior por 4-0, en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla. El equipo de Gustavo Munúa tenía que ganar o ganar para completar el objetivo y consiguió una victoria histórica para el fútbol argentino.
Gustavo Munúa, en la previa del partido ante Junior, derrochó confianza en su equipo: «Hay que saber llevar el partido y aprovechar nuestros momentos. Es normal sufrir y tenemos que estar preparados para eso. Como también tendremos espacios sobre los laterales. Unión saldrá a buscar el partido desde el primer minuto, de eso no quedan dudas. Los rivales también juegan, de que lo venimos a buscar nadie dudará de ello».
Y Unión hizo su parte, con una actuación colectiva suprema frente a Junior, uno de los equipos con mucha tradición copera en Colombia y el continente, y se quedó con el boleto para los octavos de final, en un grupo donde también había dos históricos como Fluminense y Oriente Petrolero.
Pero Gustavo Munúa tiene motivos para festejar más allá de la clasificación de Unión a los octavos de final, como consecuencia que mantuvo su invicto en las fases de grupos, en los equipos que dirigió en competencias organizadas por la Conmebol (Sudamericana y Libertadores).
Es que el entrenadro jamás perdió un partido como visitante en una fase de grupos en Conmebol Libertadores o Conmebol Sudamericana. Fueron cinco victorias y cuatro empates, dirigiendo a Unión y Nacional de Uruguay.