La menor de las Williams ganó la final entre hermanas ante Venus por un doble 6-4, sumó su 23° Grand Slam y se subió nuevamente a lo alto del ranking WTA.
Serena Williams se impuso a su hermana Venus, en el duelo estadounidense por el título en el Abierto de Australia, por 6-4 y 6-4, para recuperar así el puesto de número uno del mundo, y conquistar este título por séptima vez, y sin ceder un set.
Serena, además rompió la igualdad que mantenía con la alemana Steffi Graf y figura ahora con 23 Grand Slams, a un solo título de Margaret Court. Todo ello, en 88 minutos de en una final pobre en cuanto a juego, y que acabó con 46 errores no forzados, 25 de ellos para Venus.
«Fue muy difícil ganar este año en Australia, quiero felicitar a Venus, que además de mi hermana es una gran persona, sin ella no podría haber ganado 23 títulos de Grand Slam, ni siquiera uno. Me inspiró toda la vida y me hizo ser mejor tenista», comentó exultante Serena, segunda en la lista de campeonas de torneos grandes detrás de la australiana Margaret Court (24) y por delante de grandes campeonas como la alemana Steffi Graf (22); y las estadounidenses Helen Wills (19), Martina Navratilova y Chris Evert, ambas con 18.
La menor de las Williams, quien no cedió ni un solo set en todo el torneo, había vapuleado en semifinales a la croata Mirjana Lucic (79) por 6-2 y 6-1, y se impuso sobre su hermana con un rendimiento de menor a mayor, dentro de un contexto de mucha paridad, de hecho cometió 21 errores no forzados contra 25 de Venus sobre un total de 46 que hubo en el partido.