Alejandro Domínguez hizo referencia al marco multitudinario de al final única de la Copa Sudamericana, que quedó en la posteridad por la movilización de cerca de 40.000 almas sabaleras.

Si bien es cierto que perder la final de la Copa Sudamericana caló muy hondo en el corazón de Colón, queda la satisfacción de haberle mostrado al mundo el amor incondicional de su gente. Esa que siempre está y que no conoce de límites. Cuando se pensó que el techo había sido la movilización a Córdoba en 1993, la gala en Asunción superó una barrera no conocida de 40.000 almas y por eso quedó sentado un precedente.

El campeón fue Independiente del Valle de Ecuador tras imponerse 3-1, pero quizás será más recordado el marco que se tiñó de rojo y negro el estadio la Nueva Olla. Un recuerdo imborrable que sirvió de efecto contagio para muchos.

«No solamente se metió en la historia por ser el primer equipo en llegar a una final única, sino que también se ganó el corazón de todo un país (Paraguay). Creo que todo el mundo conoce la canción del sabalero y lo tienen bien merecido», reconoció en las últimas horas el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, en charla con Radio Gol 96.7 en la previa del sorteo de la edición 2020.

El máximo titular aprovechó para enfatizar todavía más lo que hizo el fanático de Colón: «Una tremenda y eterna gratitud por lo que hicieron en el estadio de Cerro Porteño esa tarde tan linda que se vivió por el fútbol».

En el final del escueto diálogo, se le consultó sobre el reclamo que encara la dirigencia por la supuesta mala inclusión del arquero Jorge Pinos, pero tal como se lo esperaba, la tiró al córner: «Sobre eso no opino, porque eso está en manos de la Comisión Disciplinaria y deberá obrar en consecuencia. Entonces me inhibo de hacer comentarios».