Leonardo Madelón tuvo un exabrupto tomando del cuello al cuarto árbitro Nahuel Viñas que le valió la expulsión. Una actitud que no tiene justificación por parte del DT que luego se disculpó.

A Leonardo Madelón se lo elogió hasta el cansancio y bien merecido lo tiene por todos los méritos que hizo dirigiendo a Unión, al punto tal de ser el técnico más importante en la historia del club. Que además tiene un plus por su paso como jugador en donde marcó un gol en aquel inolvidable ascenso a Primera División ganándole a Colón.

Por todo ello y con absoluta razón, Madelón es un ídolo indiscutido en Unión, como entrenador le dio muchísimo al Tate lo posicionó por primera vez en el plano internacional y además está invicto ante su clásico rival. Pero todo eso no puede justificar cualquier accionar suyo.

Y el lunes ante Central Córdoba se equivocó, tuvo un exabrupto que no es habitual, ya que primero empujó al cuarto árbitro Nahuel Viñas y luego lo tomó del cuello. En consecuencia, el juez Pablo Echavarría le mostró la tarjeta roja. El motivo esgrimido por el técnico en conferencia de prensa fue que entendía que eran más de cuatro minutos de descuento. Lo cual si ese fue el argumento que propició su accionar, parece un total exageración para una reacción semejante.

Da la sensación que el proceder de Madelón tuvo más que ver con la actuación del equipo, que con los cuatro minutos de adición. El equipo no jugó bien y el bajo rendimiento se viene repitiendo en los últimos partidos. En la Superliga sumó apenas un punto sobre los últimos 12 y de los últimos seis partidos (contando Copa Sudamericana) perdió cuatro, ganó uno y empató el restante.

Está ubicado en la 18ª posición de la tabla con 24 puntos en 21 fechas (una eficacia del 38%) y lejos de la zona de clasificación a la Copa Sudamericana del 2021. Si bien aún continúan los ecos de la noche histórica en Belo Horizonte, la realidad indica que Unión no está jugando bien y que al entrenador le está costando encontrarle un funcionamiento.

En la conferencia de prensa post partido, Madelón pidió disculpas y está bien que así sea, no obstante esa imagen agrediendo al cuarto árbitro se repitió por multiplicado en todos lados. Y llamó la atención porque no es la forma de manejarse del técnico tatengue. Es cierto que tiene derecho a enojarse y equivocarse, pero una actitud así no colabora en nada. Esta vez a diferencia de otras muchas, Madelón no ayudó a su equipo desde afuera.