Sus papás, Margarita y Tomás, llegaron a Santa Fe en medio de la cuarentena. Después de deambular por las calles fueron asistidos por la Municipalidad. Ayer recibieron a su primer hijo.

Benjamín pesa 3,380 kilos y nació ayer en el nuevo hospital Iturraspe. Su papá Tomás y su mamá Margarita, son mendocinos, tienen 20 años y hasta el nacimiento de su primer hijo estaban alojados en los dispositivos que la Municipalidad montó para contener a las personas en situación de calle. Allí les hicieron un babyshower, los ayudaron a prepararse para buscar trabajo y los acompañaron a todos los controles médicos.

Hace unos meses la pareja llegó a Franck -a 30 km de Santa Fe capital- para trabajar en el campo. Cuando comenzaron las medidas de distanciamiento social, su jefe les pidió que vayan a trabajar a unos campos en Córdoba, cerca de San Francisco. “Él nos dijo que era mejor por Margarita, para que hubiese un hospital cerca y pudiera tener una mejor atención”, explicó Tomás.

“Nosotros íbamos a cumplir con todas las medidas, con la cuarentena. Queríamos instalarnos en ese campo, nos estaban esperando”, aclaró el joven. Sin embargo, cuando estaban en viaje los asaltaron. Se llevaron los documentos de Tomás y todo el dinero que habían cobrado, con el que pensaban empezar una nueva etapa en sus vidas.

Un camionero los vio caminando al costado de la ruta y se ofreció a llevarlos hasta la ciudad más cercana para hacer la denuncia. “Llegamos a San Francisco y nos echaron. No entiendo por qué. Se ve que a la asistente social le molestó que llegáramos de noche, a las 22.30. Y nos dijo que nos vayamos en el primer colectivo. Era eso o nos metían presos. Nosotros no entendíamos nada. Nos dijeron que no podíamos estar en la ciudad porque podíamos ‘tener el bicho’, así nos dijeron”, recordó Tomás y agregó que decidieron irse porque no querían tener problemas con la policía: “Yo me considero una persona a la que le gusta trabajar, me gusta ganarme lo mío. Nosotros somos muy jóvenes, tenemos 20 años, no queremos tener problemas”.

Sin más explicaciones y sin que la llamada de su jefe asegurando que los estaba esperando cambiara nada, Tomás y Margarita se subieron al colectivo de las 4.40 con destino a Santa Fe. “Llegamos e intentamos cuatro veces volver al campo pero no pudimos porque ya estaba la cuarentena y no había colectivos”, relató. En la terminal comentaron su situación y dejaron un número de teléfono para que los contactaran pero el celular falló y, pese a los intentos, el personal municipal no podía localizarlos.

Una nueva oportunidad

Durante un par de días deambularon por la ciudad. Octavio, un estudiante, los ayudó y los alojó unos días en su pensión pero después tuvieron que irse. “Un par de días tuvimos que dormir en la costanera, al lado del agua”, contó Tomás y con la voz cortada siguió: “No nos quedaba otra opción. Me rompía el corazón tener que pasar por eso. Mi mujer es de fierro y me decía que estaba bien pero yo me destrozaba por dentro. Tener un hijo es una responsabilidad muy grande y yo para algo trabajaba y me rompía el lomo. En el campo no hay feriados, no hay lunes, ni siquiera para festejar tu cumpleaños. Uno trabaja desde las 5 de la mañana hasta las 8 de la noche. Todos los días. Y yo lo hacía para tener un futuro, para algún día tener mis tierras y trabajar de lo mío o para otros. Quería autosuperarme, pero no pude”.

Cuando finalmente las trabajadoras de la Secretaría de Políticas de Cuidados los encontraron, los ayudaron a encontrar un hotel para alojarse pero por el estado avanzado del embarazo, la pareja prefirió que los trasladaran a los dispositivos que la Municipalidad preparó para contener a las personas en situación de calle durante la emergencia sanitaria. Ahí se les realizaron controles médicos y se les brindó todo tipo de contención.

De hecho, desde que llegaron, Margarita aprovechó las máquinas de coser y los insumos disponibles para preparar cosas para el bebé. Mientras tanto, el personal municipal ayuda a Tomás a preparar un currículum porque él quiere buscar trabajo cuanto antes. “Yo hay muchas cosas que no sé hacer, toda la vida trabajé en el campo. Pero estoy dispuesto a aprender y a trabajar todo lo que sea necesario. Si alguien me da una oportunidad, yo voy a superarme”, insiste.

Cuando Margarita y Benjamín tengan el alta médica van a estar, junto a Tomás, un tiempo más en otro espacio que coordina la Municipalidad junto a la Liga Santafesina, para poder continuar el acompañamiento y la contención. Mientras tanto, el municipio los está ayudando a conseguir una vivienda que puedan alquilar, por lo menos unos meses. También se los está asistiendo para que gestionen las ayudas económicas que el gobierno nacional dispuso para personas en su situación.

“Yo quiero trabajar. Poder alquilarnos una casa y comprarnos nuestras cosas. Aunque yo tenga que trabajar las 24 horas, quiero poder pasar con ellos todo lo que se venga, si sigue la cuarentena o lo que sea. No me gusta estar separado de ella. Aunque no saben cómo te tratan en este refugio, nos ayudan, nos acompañan”, remarcó Tomás.

Más allá de las circunstancias, Tomás y Margarita saben que Benjamín es la prioridad. “Quiero que, pase lo que pase, mi hijo sepa que no fue un error, que fue alguien super esperado. Nos encontremos dónde y cómo nos encontremos, vamos a estar super felices de tenerlo y vamos a superarnos para que él tenga lo mejor”, aseguró su papá.

Acompañamiento integral

«Cuando tomamos conocimiento de la situación de Tomás y Margarita, los acompañamos para que puedan seguir con los controles médicos pero también por lo que significa una pareja tan joven que está atravesando por una situación tan particular: están lejos de su lugar y no tienen trabajo. Por eso le brindamos toda la contención que necesitaban. Los equipos le pusieron todo el corazón para acompañar esta circunstancia», contó la secretaria municipal de Políticas de Cuidado Victoria Rey, sobre los papás primerizos.

En el refugio, entre el personal y algunas de las personas allí alojadas, decidieron sorprender a la pareja con un babyshower para Benjamín y también ayudaron a que Margarita pueda prepararle mantas y ropita para recibirlo.

Actualmente, la Municipalidad cuenta con cuatro dispositivos para la atención, alojamiento y contención de personas en situación de calle. Cada uno de esos espacios se fueron abriendo de manera paulatina a medida que la demanda se incrementó. Desde que comenzaron las medidas de distanciamiento social, junto a organizaciones sociales, las Secretarías de Políticas de Cuidado y de Integración y Economía Social realizaron un relevamiento y acompañamiento de las personas que no tenían dónde alojarse.

En primera instancia, se busca trabajar en su revinculación con su familia o con allegados que puedan recibirla. Si no existe esa posibilidad, se invita a la persona en situación de calle a sumarse al refugio para que puedan cubrir sus necesidades básicas en el marco de la pandemia.

“En los dispositivos no hay obligatoriedad en el ingreso pero sí se han establecidos pautas de convivencia y una norma que se definió es que una vez que la persona decide egresar, no puede regresar. Ése es un compromiso que asume quien ingresa al refugio”, explicó Rey.

Y, sobre el acompañamiento que se hace en esos espacios, la funcionaria agregó que, además de garantizarle la comida y las condiciones de alojamiento, «se hace acompañamiento y la articulación, en función de cada caso, ante situaciones de consumos problemáticos y problemas de salud”.

Entendiendo que convivir con personas desconocidas es una situación atípica, el municipio también organiza actividades que les permitan que distenderse. “Hay momentos de recreación, propuestas deportivas, artísticas. En algunos casos, nos solicitaron realizar tareas de mantenimiento de los espacios así que adquirimos pintura y materiales para que puedan, si lo desean, hacerlo”, detalló.

Es el trabajo articulado de todas las áreas de la Municipalidad el que permite que se puedan llevar adelante dispositivos de acompañamiento y contención integral en un contexto tan difícil como el actual. «Hoy nos encontramos con cuatro refugios que contienen y cuidan a estas personas en esta circunstancia tan particular y que, al mismo tiempo, garantizan derechos que se han ido vulnerando en el transcurso de sus vidas», dijo Rey.