Varias veces lo silbaron pero él hizo caso omiso. Entró, como cada uno de sus compañeros, a buscar los tres puntos frente a un equipo que se debate en el fondo de la tabla de promedios.

Indudablemente no fue un partido más para Ezequiel Bonifacio, hasta la temporada anterior jugador tripero. Claro que esa relación se rompió y el defensor-volante fue una de las caras nuevas que tiene Madelón en el Tate.

Ya le había tocado convertir frente a San Lorenzo y este domingo reafirmó una de las tantas Ley del ex que existe en el fútbol argentino.

Una vez finalizado el pleito, el goleador en la tarde del Bosque dijo que «la verdad que fueron casi 10 años los que estuve en Gimnasia, es como mi casa, intenté sacarle la importancia para entrar a la cancha y dar lo mejor. En este club tengo muchas amistades y les deseo a todos lo mejor».

Más adelante apuntó que «venimos hace un par de fechas levantando, las cosas nos están saliendo bien, estamos trabajando para darle lo mejor a Unión y por suerte empezaron a salir las cosas como todos queremos».

Y no dejó de resaltar antes de irse a saludar con muchos conocidos, que «tenemos que seguir por este camino, con actitud, luchar para seguir así que venimos bien».