El destino de Lucas Gamba definitivamente estará lejos de Santa Fe y Unión, equipo que le permitió desarrollarse y tener un gran rendimiento en la última temporada.
Aquella ilusión que tenían los hinchas de poder contarlo la próxima campaña, teniendo en cuenta que las propuestas no aparecían, quedó esfumada por la oferta concreta de uno de los equipos que está dulce al vender a un futbolista al exterior.

Entonces el mendocino, junto a su representante, además de evaluar la propuesta económica, también analizó lo deportivo y a un entrenador que desde hace tiempo quería contarlo en su plantel.
Es un hecho que en las próximas horas firmará su contrato y se someterá a la revisión médica para convertirse por cuatro temporadas en jugador de Huracán. Y el Globo empezará a encontrar alternativas en ofensiva, más aún teniendo en cuenta la reciente venta de Ignacio Pusetto al Udinese de Italia en una cifra cercana a los ocho millones de euros.

Gamba finalizó su contrato el 30 de junio con Unión, pero antes pasó a saludar a sus compañeros, decidió no arrancar la pretemporada con el elenco rojiblanco y se trasladó a su provincia para esperar el nuevo destino.
Dentro de un mercado que comienza a tomar color en julio, las alternativas que manejó su representante eran de equipos del exterior, entre los que se mencionaron varios de México. También en las últimas horas fue Gimnasia (LP) quien sondeó la situación para saber si estaba en condiciones de pelear para quedarse con los servicios de uno de los mejores jugadores de la última Superliga.

El contrato a largo plazo (Unión se lo había ofrecido), y la sumatoria por lo económico y la disputa de la Copa Libertadores en un elenco que pretende reafirmar su crecimiento, terminan inclinando la balanza para que Gamba tenga como nuevo destino Parque Patricios.
De alguna manera su representante Julio Cataldo termina siendo esclavo de sus palabras respecto al «compromiso» que había asumido en su momento de que en el fútbol argentino el único club que tendría a Gamba sería Unión. La irresistible billetera del Globo inclinó la balanza para continuar en el país, con los mismos colores, pero otro destino.