Colón arrancará desde este lunes la preparación de la última fecha de la Superliga. No la tendrá nada fácil, ya que visitará el domingo próximo, desde las 21.50, a Talleres que lucha por ingresar a zona de copas internacionales. En realidad, nada es sencillo a esta altura, más que nada porque hasta el momento no hubo respuestas positivas y ante cada golpe no hay posibilidades de levantarse. eL Presidente sabalero estará mañana en el predio «Ciudad Fútbol» en compañía del manager Francisco Ferraro, para comunicarle al DT el final de su vinculación con la entidad.

No solo es algo deportivo sino anímico, con escasas reservas emocionales y por si fuera poco, sin el destino como acompañante, ya que cuando merece algo más no liga y sin hacerlo tampoco. El juego de palabras grafica lo que le pasa al Sabalero, que tras el 4-0 del sábado se hundió aún más en el descenso y los que estaban abajo se le pusieron a tiro.

Un escenario delicado y que genera preocupación y en muchos casos, exasperación en la gente, que reniega de ver a algunos jugadores en bajísimo nivel, pero ese ya es otro cantar, porque el problema claramente es lo colectivo y por más que se trabaje a consciencia, no se puede torcer este rumbo maltrecho. Lo que todavía puede verse como algo positivo es que todavía la Copa de la Superliga da para intentar levantar y soñar con la permanencia, pero jugando de esta manera será prácticamente imposible.

Casi por decantación, el entrenador Diego Osella quedó en la cuerda floja. «Recibimos ocho goles en dos partidos. De seis perdimos cuatro y dos empatados. Los resultados son elocuentes», apuntó en conferencia de prensa. «Tengo la obligación de escuchar el pensamiento de los dirigentes por la situación. Hay que sentarse con José (Vignatti) y acatar lo que piense», expresó dejando a criterio de los dirigentes su continuidad.

Cuando daba la sensación de que su ciclo estaba casi terminado, algunos factores le siguen dando fuerzas. La dirigencia encabezada por el presidente habría tomado contactos con otros técnicos, pero sin respuestas positivas. Era algo de esperar, ya que muchos no quiere tomar este fierro caliente que es Colón, que en este año se cayó a pedazos. Desde ya, se buscó a nombres con trayectoria, algunos que ya fueron tanteados a comienzo de la temporada, pero el rechazo nuevamente se concretó.

Entonces, por ahora el que puede torcer el rumbo es el propio Osella, que se siente con fuerzas y con la convicción necesaria. Es el único que quiere estar en Santa Fe y por eso arrancará la semana de trabajo pensando en romper el molde y disipar los aires de pesimismos alcanzando la tan ansiada victoria, que le pondría fin a un sinnúmero de datos desfavorables.

El tema es ver si «muere» con la suya o prueba otra cosa. Hasta el momento no lo consiguió. Primero modificando el sistema y después los nombres, pero la ecuación da los mismos pálidos dividendos. Es trascendental que el plantel muestre carácter y enjundia para salir. Pero también el técnico sabe que debe arriesgar más, ya que solo marcó un gol en este 2020 y sin eso, nunca se podrá traer los tres puntos.

El técnico sabe que tiene una bala más y la quiere aprovechar. Después, solo resta ver qué dice el hado.