El director de Abra un camino de evolución, se refirió a la recuperación de Brian Fernández, quien ya está listo para jugar en Colón.

Uno de los grandes beneficiados en la cuarentena por el coronavirus es Brian Fernández, ya que se encuentra alojado en el Hotel de Campo Colón, donde se encuentra también el cuerpo técnico que comanda Eduardo Domínguez, donde recibe contención y sobre todo realiza actividades físicas para poder volver cuanto antes a ser considerado para jugar en la Copa de la Superliga.

El santafesino se recupera de su adicción a las drogas, tras una recaída que tuvo que lo obligó a estar internado, con lo cual luego de varias semanas de tratamiento se encuentra listo para formar parte nuevamente de un plantel profesional, cuestión que tuvo la suerte de formar parte de la delegación que viajó a Rosario para el primer partido de la Copa de la Superliga, aunque quedó fuera del banco de los suplentes.

Osvaldo Chiarlo, director de Abra un camino de evolución, equipo que lleva adelante el tratamiento de Brian Fernández, habló con Radio Sol (FM 91.5), donde contó cómo se encuentra el jugador en dicha recuperación. «Nos basamos en los nuevos paradigmas científicos y sociales de cómo se trabaja la problemática, desde ese lugar entendemos que todos somos Brian, en una cultura consumista todos tenemos un consumo problemático. La diferencia es que los tratamientos son personalizados. No existe cura para esto, los que hablan de cura están desactualizados y tiene un matiz perverso. La cura es en el campo médico biológico, en este caso es multidimensional», arrancó diciendo.

Mientras que en otra parte, destacó: «Hace exactamente 46 días que estamos trabajando con Brian Fernández, de los cuales 37 días fueron 24 horas. Se puede ir dividiendo el plan de tratamiento, en uno intensivo de internación domiciliaria, diferente a lo que es una institución. Aquí fue con un equipo terapéutico, acompañando el proceso de Brian, luego fue bajando la carga institucional para pasar, incluso esta semana tenemos una reunión de red, que el tratamiento pasará a una instancia ambulatoria, con baja carga institucional».

Y siguió detallando: «Cuando se abordaban este tipo de problemáticas se hacía con tratamientos moldes, y aquí el secreto estuvo en personalizar el tratamiento. Lo conocí el 17 de febrero, venía de una desintoxicación en Puiggari, aunque estuvo en una cabaña, no en el establecimiento. Mostró la voluntad y la autoeficacia en cuanto a su autocontrol. No es lo mismo desintoxicarte en un sanatorio que uno solo en una habitación».

En cuanto a cómo fue su primer encuentro con el santafesino, reconoció: «La primera sensación fue el desafío a abordar. Era como cualquier otro tipo de problemática, pero con la diferencia que es una persona fútbol. Es el jugador franquicia. Tuve un desafío y me transmitió que tenía fortaleza mental para asumir el compromiso de lo que iba a venir. Sabía que necesitaba de acompañamiento para salir adelante, más allá que algunos lo puedan ver como una debilidad».

«Esto es un problema social, familiar y luego individual. Hay que ir haciéndole valer quien es un conocido íntimo, un compañero y un amigo, cuáles son los factores de riesgo, que pueda identificar los factores de riesgo, para saber pedir ayuda a un familiar. Lo que uno hace es ir desarrollando esa autonomía. Se hacen evaluaciones semanales, luego mensuales. Pero hay personas que se cierra un ciclo de tratamiento y queda pautado que el equipo médico se active cuando la persona se sienta desbordada», destacó en otra parte de la charla.

Sobre el plan de trabajo que se desplegó, reveló: «Cuando diseñamos el tratamiento pensamos en una profesional que tenga el objetivo de hacerle entender que estaba invirtiendo para mejorar su calidad de vida. Luego activamos a Juan Cruz Larramendi, profe de educación física, ya que tiene un gran caudal de energía. Por eso aparecieron los trabajos en doble y triple turno, las tareas en gimnasio. En la parte terapéutica teníamos en doble turno. Apareció Ariel Ferraro quien se ofreció para generar un triple turno. A la mañana entrenaba con Reserva, a la tarde con nosotros pero teníamos limitaciones ya que no trabajamos para el alto rendimiento».

Se le preguntó si en el transcurso de la recuperación hubo momentos difíciles, destacó: «Los primeros tres días fueron los más difíciles, pero es algo muy natural ya que cualquier cambio al ser humano le genera crisis y resistencia a tener que salir de un contexto y adaptarte a otro. Dentro de los consumos problemáticos, el desorden de la vida diaria y de los vínculos, son síntomas de la enfermedad. El hecho de desarrollar una disciplina deportiva generaba esa crisis y cansancio».

También contó en qué momento está el tratamiento, y dijo: «El jueves tendremos una reunión para pasar a la fase ambulatoria, donde se encontrará validándose con sus propios recursos y herramientas, valorando la calidad humana y profesional del cuerpo técnico, nosotros tenemos acompañamiento con sus familiares y evaluaciones semanales»

Por último, se lo consultó sobre si tuvo una recaída durante el tratamiento, y manifestó: «Nada, si bien en los procesos de deslices y recaídas la primera semana y los 15 días es cuando se dan. Luego hay que encender la alarma a los 15 días restantes, y luego quedan 90 meses como una alarma amarilla, tirando a verde, pero no hubo».