Daniel Bazán Vera recordó con mucha nostalgia su paso por Unión, poniendo al hincha en el pedestal de los elogios y deseando trabajar alguna vez en el club.

En sus años del ascenso, Unión tuvo jugadores que supieron regar de sudor la camiseta en las duras canchas del país, dejando una huella importante en sus hinchas.

Uno de ellos fue Daniel Bazán Vera, un delantero con una tremenda capacidad ofensiva que charló con radio Gol 96.7 en el marco de un presente especial e hizo referencia a aquel paso por la Avenida López y Planes.

En el inicio reconoció que «estoy con toda mi familia por suerte pasando esta situación. Más o menos no nos aburrimos y la piloteamos, esa es la realidad. Estamos en Ezeiza, un lugar muy tranquilo, con mucho verde y muy seguro por sobre todas las cosas».

El Indio más adelante apuntó que «cuando dejé de jugar, estuve tres años complemente alejado del fútbol, viajando y visitando amigos. Todo sin sufrirlo, solo mirando por la tele. No tuve la sensación de arrepentimiento pese a que tenía ya 40 años. Engordé bastante eso sí jaja. Llegué a tener 130 kilos y ahora ahora por suerte bajé un poco. Estoy en 106 y muy cómodo. Después de este tiempo me llamaron de Tristán Suárez diciéndome que tenía que trabajar y lo hice como entrenador. Ahora hace un año que no tengo trabajo, pero estoy disfrutando de la vida».

Se sabe que la vida del futbolista es corta, por lo que saber administrar el dinero para vivir bien una vez que un jugador se retira es la clave para no padecer. Al respecto, Bazán Vera enfatizó: «Siempre en mi vida fui de administrarme bien en lo económico y junto a mi hermano invertimos en cosas que por suerte nos salieron de buena manera y nos mantenemos sin problemas. En ese sentido estoy más tranquilo y hasta estoy yendo a ver partidos a las canchas. Siguiendo más que nada a Almirante Brown. En tiempo habrá elecciones ahí y quizás nos sentemos a hablar para ver si puedo ayudar o me postularé, más allá que el presidente está haciendo bien las cosas».

El exdelantero lleva al Tate en su corazón por un paso que indudablemente lo marcó como jugador. Al respecto, apuntó: «Siempre lo dije y lo mantengo, Unión fue el lugar donde más fui feliz. En Unión no estaba acostumbrado a cómo se estaba en esa época y como soy del ascenso sé lo que hay que pelearla. Ahí en Santa Fe los problemas que pudieran darse en lo económico, que por suerte no eran tantos, ya que los dirigentes se portaron de maravilla. Si no fuese así lo diría sin pelos en la lengua, se suplía con el cariño y el fanatismo de la gente. Mi vieja me pedía ir a caminar a la peatonal para ver como la gente me transmitía su cariño».

Con su manera de ser, tan auténtico y frontal, el Indio por allí tuvo varios cruces calientes dentro y fuera de la cancha. Más aún en una ciudad futbolera, aunque el protagonista se encargó de aclarar que «nunca tuve un problema con la gente de Colón. Todos saben que no soy de dar vueltas. Sino hubiese sido Trullet el entrenador de mi ultimo año seguiría hoy en Santa Fe. Me hubiese gustado seguir, pero no me tuvieron en cuenta y son cosas que pasan en este deporte. La ciudad me trató como un jugador que salió de las inferiores y no puedo evitar decirlo. Mi hija candelaria se hizo fanática y mira todos los partidos. Cuando se una camiseta nueva la pide. No existe otro equipo para ella que Unión».

Ese distanciamiento por la determinación tomada en aquel tiempo por Carlos Trullet quedó en el camino, más allá de dolerle como jugador porque su intención era continuar con la camiseta del Tate. Consultado si tuvo alguna vez la chance de hablar con el Cabezón, Bazán Vera disparó: «Nunca hablé. Lo cruce incluso cuando estaba en Ferro y lo atendí bien. El trabajo es una cosa y el respeto es otra cosa. No compartí su determinación, pero es trabajo y no se portó mal como persona conmigo. No mezclo las cosas. Cuando fui entrenador lo terminé entendiendo mucho más. Te puede gustar o no un jugar. Pero me quedó la espina, porque quería seguir. Me sentía bien e identificado con la gente. Pero lo terminé aceptando. El cariño y amor que tengo por el club no me lo va a sacar nadie».

En otro tramo de la charla agregó que «Unión siempre tuvo mentalidad de Primera División. En su todo. Lo noté cuando llegué, más acostumbrado de jugar tanto en el ascenso. Me hicieron sentir como un jugador de elite y eso que no jugué nunca en Primera».

Para luego, agregar: «Si yo estuviera hoy en este presente sería vivir en el paraísos ja. Me da la sensación que le llevó varios al club acomodarse. Hoy Unión está en una situación increíble. Eliminar a Mineiro dejo claro las ansias de superación».

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Aún Unión no definió quién será el reemplazante de Madelón, un tema importante que marcará el futuro del plantel profesional. Cuando le preguntaron sobre esta situación, el exartillero del ascenso argentino expresó: «Lo que viene después de Madelón el hincha será un poco tolerante, porque todo lo que hacía estaba bien. Ni hablar después de haber sido quien lo llevó a la copa. Todas las comparaciones que se hagan, el DT que venga la tendrá complicada. Quizás si llega alguien del club, lo ideal sería que la gente lo banque. Hoy está Tato Mosset al que conozco y ojalá tenga la oportunidad, pero con paciencia y saber esperar. No comparar cuando la vara está muy alta».

En la parte final se atrevió a soñar con un regreso a la Avenida López y Planes, al apuntar que «ojalá algún día pueda trabajar en el club. No necesariamente como DT de Primera, sino en algún rol. Santa Fe se volvió un lugar importante para mi y me causa nostalgia hablar de mi pasado por Unión, porque viví cosas muy buenas».

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