El olavarriense analizó su desempeño en la final olímpica K1 1000 metros en Japón y admitió que la “regata fue muy difícil para mí”. “Soñaba con una medalla y no me quería quedar con la duda de dar todo”, agregó.
Agustín Vernice, octavo y último en la final A de la modalidad K-1 1000 metros del canotaje de velocidad de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, admitió «una equivocación» en la estrategia utilizada para correr la serie decisiva en el canal Sea Forest de la capital japonesa.
El argentino, que el pasado 3 de julio cumplió 26 años, tuvo un fuerte arranque que terminó pagando caro al final de la prueba, cuando acusó ese esfuerzo inicial.
Vernice corrió por el carril 8 y al promediar la final pendulaba entre el sexto y séptimo lugar, pero en los metros finales ya no tuvo la frescura para dar el último golpe en pos de acercarse a los tres primeros y terminó en la última posición.
De esos tres primeros lugares, los dos para el oro y la plata correspondieron a un mismo país, Hungría, merced a sus representantes Balint Kopasz y Adam Varga, dueños de las medallas de oro y plata, respectivamente.
La de bronce, en tanto, fue para el portugués Fernando Pimenta, quien en semifinales había superado el récord olímpico pero no pudo repetir esa buena actuación en la final.
«Venía en busca de un poco más, de pelear la medalla, y después de mi mejor marca en semifinales quería llegar al podio, pero esa ambición me hizo quemar energías de arranque al salir muy fuerte», empezó reconociendo Vernice a la transmisión oficial.
«Durante toda la preparación me sentí bien en los inicios de las pruebas, donde no me costaba en el principio pero sí en el final, y el equilibrio lo logré justamente en la semifinal», explicó.
Muy autocritico, Vernice sostuvo sin embargo que no quería quedarse «con la duda de dar todo en la final desde el arranque a ver si podía llegar a la pelea por una medalla».
«Por ser mi primer Juego Olímpico me puedo ir satisfecho, pero también sé que esa no es una razón para ponerla como excusa por no haber llegado a alcanzar lo que me había propuesto. Simplemente debo reconocer que hoy me equivoqué con la estrategia», admitió.
«Pero a pesar de eso, ojalá que esto sirva para que otros piensen que trabajando duro se puede llegar a pelear hasta el final en una competencia así, porque es muy emocionante estar en un Juego. Y más allá de los nervios por competir, es muy lindo el ambiente de la Villa Olímpica y para mi será una experiencia inolvidable», cerró un Vernice que aseguró sentirse «caliente» como primera sensación, pero puede tener revancha en París 2024.