El santafesino se comunicará con su representante para evaluar los pasos a seguir, mientras la dirigencia también analiza su situación tras un nuevo faltazo a los entrenamientos.

Los dirigentes de Colón, en la persona de José Vignatti, se dio el gran gusto en este mercado de pases y dio la nota al contratar a Brian Fernández, el delantero santafesino que venía de jugar en el Portland de la Major League Soccer, donde se le rescindió su contrato tras evadir un protocolo en contra de las adicciones a la droga.

El conjunto estadounidense se quedó con su ficha, luego que el delantero brillara en el Necaxa. Incluso en la MLS también tuvo una destacada actuación, con números impresionantes, pero sus actos de indisciplinas originados por sus adicciones llevaron a que se le rompa el contrato, más allá que habían desembolsado 11.000.000 de dólares para comprarlo.

Fue entonces que los popes sabaleros vieron la posibilidad de sumarlo, para intentar potenciar al plantel luego de lo que fue un semestre para el olvido en la Superliga, e hicieron un gran esfuerzo económico para incorporarlo. Se dilató su llegada a Santa Fe, pero apenas se solucionaron todos los inconvenientes burocráticos y se llegó a un acuerdo económico, el jugador comenzó a entrenarse junto al resto de sus compañeros.

Sin embargo, en la semana previa al primer partido de 2020, el santafesino no fue a entrenar. Primero se justificó su inasistencia en un problema de salud (gripe), aunque luego el mismo Diego Osella se encargó de avisar en conferencia de prensa que el no contarlo en el plantel obedecía a un inconveniente particular del jugador.

Sobre el fin de semana trascendió la información que parte de su familia había hecho una denuncia policial para dar con su paradero, pero el mismo delantero se encargó a través de algunos medios de aclarar cuál era su problema particular y anunció que volvería a los entrenamientos una vez que el plantel regresara de Santiago del Estero.

La semana de trabajos transcurrió con total normalidad, incluso Osella lo llevó al banco de suplentes e ingresó para jugar gran parte del segundo tiempo ante Banfield. Pero en el primer día de trabajo previo al partido ante Defensa y Justicia, el jugador se ausentó y públicamente se encargó de contar que sufrió un hecho de inseguridad en la calle (barrio El Pozo), donde se le habría robado el reloj y apedreado la camioneta en la cual se mueve en Santa Fe.

Debido a esta situación y por las declaraciones del jugador, que se le hacía «muy difícil el día a día en Santa Fe» es que el jugador tiene pensado tomar contacto en las próximas horas con su representante Cristian Bragarnik para evaluar los pasos a seguir y no se descarta pedir una salida de Colón debido a todos los inconvenientes antes detallados.

En tanto que Osella y el resto del plantel de Colón se mostraron muy ofuscados por esta situación, lo mismo que los dirigentes quienes entienden que la situación ya no da para más. De esta manera, los popes sabaleros por estas horas también evalúan los pasos a seguir sobre esta situación, debido a que pretenden que en el seno del equipo reine la paz para tener la mente puesta solamente en volver a la victoria para comenzar a escaparle a la zona del descenso.

La decisión de la directiva, en tanto, no sería tan radical, pero sí entienden que el faltazo de este martes es la gota que rebalsó el vaso, por lo cual entienden que un nuevo episodio de este tipo podría determinar su salida temprana de Colón.