La condición de Laurel Hubbard no le agrada a muchas de sus rivales porque lo consideran una situación injusta para ellas y para la competición.
La participación de la pesista transgénero neozelandesa Laurel Hubbard, de 43 años, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 ha generado controversias ya que sería la primera persona de esa condición en competir en una cita olímpica en más de 125 años.
La condición de Hubbard no le agrada a muchas de sus rivales porque lo consideran una situación injusta para ellas y para la competición, señaló www.insidethegames.biz .
Laurel es elegible para competir en los Olímpicos desde 2015, cuando el reglamento estipuló que cualquier mujer transgénero podía hacerlo si sus niveles de testosterona no superaban las 10 nanomoles (es la cantidad de una sustancia igual a una billonésima de mol por litro) durante los 12 meses anteriores a su competencia.
Anna Van Bellinghen, una pesista belga, fue una de las primeras en mostrar su posicionamiento en contra de la participación de Hubbard, quien competirá en su misma categoría de mujeres, de más de 87 kilogramos.
«Apoyo completamente a la comunidad transgénero y lo que voy a decir no proviene de un rechazo a la identidad de esta deportista. Cualquiera que haya entrenado en halterofilia sabe que esta situación es injusta para el deporte y para los deportistas», dijo Van Bellinghen.
Laurel nació como Gavin, que compitió a un nivel razonablemente alto en las categorías inferiores, alcanzando un total de 300 kilos en la categoría masculina de más de 105 kilos.
Gavin tenía talento, pero no era un atleta de calibre mundial, se entrenó como un hombre hasta los 35 años, cuando pasó a ser Laurel y a competir como mujer en la categoría femenina de más de 90 kilos, hoy más de 87.