Continúan manteniendo una vigencia inapelable pero al mismo tiempo tienen en claro la necesidad de una «nueva mirada» sobre el fútbol infanto-juvenil y sus estructuras.
Por Alberto Emaldi
El oficio del formador de jugadores sigue siendo una de las piezas claves para el surgimiento de talentos en el fútbol argentino. La tarea de los formadores en los clubes aparece hoy cada vez más necesaria cuando en muchos casos la urgencia de conseguir resultados o resolver apremios económicos conspira en el proceso de las etapas de evolución de los jóvenes que llegarán a ser profesionales.
Una consulta hecha por Télam entre distintos entrenadores y coordinadores ligados al futbol amateur permitió recoger posturas diversas que, con matices, coinciden en una necesaria «nueva mirada» sobre el futbol infanto-juvenil, sus estructuras y hasta la propuesta de un cambio en las formas de disputa de los torneos de las categorías más chicas.
«La formación de un futbolista desde las divisiones menores requiere el involucrarse tanto en lo deportivo como en lo humano. En nuestro país hay muchos entrenadores que entienden esta función y tratan de llevarla adelante», aseguró Fernando Batista, entrenador de la selección argentina Sub 23 que compitió en los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
El «Bocha» subrayó que «desde lo futbolístico a los jóvenes hay que darles libertad para crear, para jugar y no llenarlos de tantas esquematizaciones. El jugador aprende jugando y si bien se trata en sus etapas iniciales de corregirle los errores, lo importante siempre es darle la libertad para que intente jugar y no se sienta presionado. Esa es la tarea de los formadores».
Miguel Gomis, coordinador de divisiones juveniles de Racing Club, opinó que «la formación de un jugador se inicia en el baby futbol y hoy lamentablemente en esa etapa de la vida de los jóvenes se hace difícil lidiar contra situaciones que conspiran contra una adecuada formación».
El descubridor de Diego Milito, entre otros futbolistas consagrados, subrayó que «en el futbol amateur se debe entender que el cómo se juega es siempre más importante que el resultado mismo», por lo que propuso un cambio en la forma de disputa de los torneos de las divisiones más chicas «eliminando las tablas de posiciones».
Jorge «Coqui» Raffo, actual responsable del llamado «futbol base» en el Elche de España y excoordinador del futbol juvenil de Boca Juniors, destacó en diálogo con Télam: «Hoy los maestros formadores son más importantes que hace algunos años. Porque antes se entrenaba jugando al futbol todo el tiempo y en el potrero se aprendía mucho, es cierto; pero de manera asistemática. Hoy esa formación es necesario que sea sistematizada para que el joven se convierta en un jugador lo más completo posible».
Raffo destacó a maestros como Ernesto Duchini, José Pekerman, Hugo Tocalli, Ernesto Grillo, Alberto González, entre otros, que formaron «una gran escuela de futbolistas y que además enseñaron y guiaron en la faz humana».
«En el fútbol amateur se debe entender que el cómo se juega es siempre más importante que el resultado»
MIGUEL GOMIS
A su turno Gabriel Rodríguez, responsable del fútbol amateur de River Plate y que fue quien fichó a Marcelo Gallardo en sus comienzos en el club de Nuñez, subrayó que «en los clubes se trabaja para formar buenos futbolistas pero lo importante a la vez es formar buenas personas» y defendió la idea de que «a los chicos hay que dejarlos jugar, crear y luego con el tiempo tratar de ir corrigiendo los errores que puedan tener, pero haciéndolo en forma gradual y respetando cada una de las etapas formativas».
Fabio Radaelli, actual coordinador del futbol juvenil de Huracán, consideró que «los formadores siguen existiendo y hay muy buenos profesionales de muchos años, pero su trabajo no es valorado como debería serlo» y agregó que «todo futbolista se inicia en las divisiones infantiles, pasa por las juveniles hasta llegar a ser profesionales y en toda esa cadena formativa están los formadores; poco valorados».
Para Claudio Spontón, coordinador de las divisiones juveniles de Platense: «Los viejos formadores que nosotros conocimos y nos enseñaron tanto ya no están. El trabajo del formador-entrenador de hoy es el de capacitarse y saber cómo llegarle al joven para llamarle la atención y que no pierda el interés por aprender».
Tocalli, al frente de la Selección Nacional de Juveniles.
Tocalli, al frente de la Selección Nacional de Juveniles.
Oscar Garré, exentrenador de selecciones juveniles de AFA y excampeón del mundo 1986, opinó que «siempre habrá formadores, pero cada vez serán menos porque hoy en las divisiones juveniles se privilegian los resultados y eso conspira contra el tiempo de formar un futbolista».
«Por eso es necesario que los cuerpos técnicos tengan una duración de varios años y puedan ejercer un rol también docente para completar una formación integral», agregó.
Ernesto Perissé, exentrenador y coordinador de divisiones menores en Boca Juniors y Chacarita entre otros clubes, señaló que «uno de los problemas del futbol argentino arranca en el futbol infantil y juvenil porque en los entrenadores se fue perdiendo la tarea docente».
«Actualmente el entrenador de divisiones juveniles se preocupa por hacer una buena campaña con su categoría para aspirar a dirigir la primera división, dejando de lado la función y el objetivo de un formador», lamentó.
Por último Ricardo De Angelis, director de la Escuela de Técnicos en el Club Parque y exentrenador del futbol amateur de River, San Lorenzo y Huracán, entre otros clubes, consideró que «hay recuperar la función docente en el futbol juvenil y que los entrenadores tengan un pasaje obligado por las divisiones menores para que conozcan y allí puedan equivocarse y no que lleguen a dirigir la primera división sin haber pasado por esa experiencia».
Nombres como los de Renato Cesarini, José Scalise, Ernesto Duchini, Ernesto Grillo, Carlos Timoteo Griguol, Angel Tulio Zof o Ramón Cabrero por citar algunos, dejaron su impronta en la tarea formativa de su momento. Y otros, como los de Jorge Griffa, Ramón Madoni, Cesar Luis Menotti, José Pekerman, Hugo Tocalli, y muchos de los consultados por Télam, comprueban que el oficio del «formador» sigue vigente. Tan vigente como la incesante aparición de jugadores talentosos en el futbol argentino.