Luego de dos caídas consecutivas (Vélez y Patronato) el Sabalero jugará ante Atlético de Rafaela con el objetivo de cortar esta racha negativa y retornar a la senda victoriosa que traía hasta la quinta fecha. Para este cotejo, Paolo Montero cambiará el esquema táctico realizando un par de modificaciones.

Las dos derrotas consecutivas generaron cierta preocupación en el plantel y el cuerpo técnico más allá de la tranquilidad por el rendimiento de Colón en el primer tiempo frente a Patronato. En esta oportunidad y a diferencia del encuentro ante Vélez, el elenco sabalero no mereció perder e hizo los méritos suficientes como para al menos llegar al empate.
No obstante, desde las matemáticas no sumar en dos presentaciones y caer ante rivales directos en el tema de los promedios es un paso atrás respecto a lo que había conseguido Colón en las primeras cinco presentaciones, sumando nada menos que 11 puntos.
Por ese motivo, el cotejo de esta tarde ante Atlético de Rafaela no es uno más, si bien está claro que no es decisivo desde ningún aspecto y mucho más teniendo en cuenta que es un campeonato largo de 30 fechas, la realidad indica que nuevo traspié podría ser el comienzo de una crisis futbolística.
De allí la importancia de sobreponerse a este momento con un resultado positivo, ya sea ganando como también consiguiendo un empate ante un adversario que está último en la tabla de promedios y que debe hacer una campaña extraordinaria como para evitar el descenso, que lo acecha desde el arranque de este certamen.
Pero esta situación que atraviesa la Crema respecto a los promedios, dista mucho de su presente futbolístico, dado que en el torneo acumula 10 puntos y marcha invicto como local con dos triunfos y un empate. Pero además viene de perder como visitante ante River, sin merecerlo, y también fuera de su casa estuvo cerca de empatarle a San Lorenzo aunque finalmente cayó por 2-1.
Por lo cual Colón se va a encontrar con un equipo aguerrido, con mucha dinámica y que trata de presionar en todos los sectores de la cancha, aprovechando las ventajas de conocer a la perfección un campo de juego de reducidas dimensiones. Con un equipo plagado de jugadores jóvenes, Juan Manuel Llop está tratando de conseguir la hazaña de mantenerse en la categoría en base a una propuesta audaz de salir a buscar los partidos.
En consecuencia Colón tendrá por delante un partido por demás de complejo en el que deberá jugar al máximo de sus posibilidades para obtener un buen resultado. Está claro que no es imposible ni mucho menos lograr un triunfo, pero para eso tendrá que mejorar su rendimiento y ser más eficaz en ataque.
No es casualidad, que Paolo Montero cambie el esquema para jugar en la Perla del Oeste, apostando por primera vez al 4-4-2. Consciente que en los últimos encuentros la línea de tres tuvo algunos problemas, decidió volver a las fuentes, con dos laterales como Lucas Ceballos y Raúl Iberbia y los dos marcadores centrales serán Germán Conti y Emanuel Olivera.
De este modo, por primera vez en el torneo Guillermo Ortiz ocupará un lugar en el banco de relevos, ya que había sido titular en los siete partidos. Con el cambio de esquema perdió su lugar.
Y la otra variante está emparentada con la idea de tener mayor presencia en el área en una cancha en donde cualquier pelotazo o jugada de balón detenido es una opción de gol. De allí que el entrenador se incline por el ingreso del juvenil Tomás Sandoval en lugar de Nicolás Silva. Y por primera vez ubicará a Pablo Ledesma como volante derecho, dado que al ser un campo de juego con menos metros por recorrer el ex-Boca no tendrá tanto desgaste. El Rojinegro buscará dar vuelta la historia, recuperar la memoria y salir airoso de una excursión que asoma peligrosa.