Se encontraron en el hotel donde concentra el plantel en Montevideo. El ex-DT del equipo viene de dirigir a Nacional y pasó a saludar a la comitiva sabalera.

Colón perdió totalmente su rumbo futbolístico desde que Eduardo Domínguez dejó de ser el entrenador. No lo pudo recuperar en el interinato de Esteban Fuertes, desacertó el camino con Julio Comesaña, recuperó algo de su mística de equipo en el partido que dirigió Marcelo Goux y de a poco Pablo Lavallén parece encauzar un proceso que terminó con una paupérrima temporada en el fútbol argentino.

Vignatti hace un par de meses manifestó en una oportunidad en su seno íntimo que pretendía que Domínguez sea el Madelón de Unión, ya que quería que se quede mucho tiempo en el club, debido a que confiaba que de su mano se podía escribir la historia grande de Colón.

De hecho, luego de uno de los últimos entrenamientos del extécnico a cargo del equipo, le expresó a un grupo de periodistas que el Sabalero sería campeón en dos años de la mano de Domínguez.

Esto habla a las claras de la gran confianza que le tenía el titular sabalero al exentrenador, quien decidió dar un paso al costado tras el empate frente a Estudiantes de esta temporada, cuando el equipo venía de perder un partido insólito contra Huracán en Parque Patricios y de no poder sostener un resultado favorable ante Rosario Central en el Gigante de Arroyitos.

Más allá de lo valorado que era el DT para el presidente, la relación nunca terminó de transitar los carriles de cordialidad absoluta. Incluso tenía la decisión tomada antes del final de la Superliga 2017/2018 de dar un paso al costado, pero Vignatti se la hizo torcer tras la gran victoria ante Racing en Avellaneda, que lo depositó al Sabalero en la Sudamericana 2019.

El exentrenador sabalero viene de dirigir por un corto período al poderoso Nacional y aprovechó para radicarse por un par de meses en la capital uruguaya. Por la mañana se dio una vuelta por el Hotel donde concentra el plantel para saludar a varios de sus exdirigidos.

También cruzó palabras y un afectuoso abrazo con los dirigentes sabaleros, entre los que se encontraban el presidente y el vice José Alonso. Está claro que Domínguez dejó una huella importante en Colón, donde a pesar de haberse marchado luego de un desgaste de varios meses al frente del equipo, tendrá las puertas abiertas para regresar en futuro.