El doble cinco es una de esas funciones en Unión que no le mueven el pelo a Madelón. Es que la dupla Acevedo-Mauro Pittón ha funcionado, tanto para la recuperación de la pelota como para ser la primera puntada futbolística del equipo. Foto: Guillermo Di Salvatore

Leo Madelón admitió que “era muy pibe” cuando llegó a Santa Fe la primera vez como entrenador —fue en el 2001— y que ahora está en una etapa de madurez, algo que se nota y mucho en sus decisiones y en la forma de ver las cosas. Claro que Madelón es un hombre de fútbol y no escapa a una realidad que contrasta posiblemente con su forma de pensar. “En Santa Fe estoy muy bien, muy cómodo, pero yo sé lo que es el fútbol, venimos de dos derrotas consecutivas y como siempre ocurre en todas partes, si no le ponemos punto final a las derrotas, las exigencias van a aumentar. Yo estoy muy bien en el club, me siento feliz y contenido, hice un buen contrato, pero no me puedo aislar de la realidad. Por eso, estoy viviendo intensamente el día a día, tratando de armar el mejor equipo para ganarle a Quilmes”, dice el entrenador.

En un rápido balance de lo que pasó hasta ahora en el torneo y de lo que se planteó en el armado de este plantel, Madelón reconoció que “en Unión se priorizaron algunas cosas que nos permiten hoy estar bien, que el club mantenga un orden en todos los aspectos y que no haya problemas económicos con los jugadores. Entiendo que la gente opine que se fueron jugadores muy importantes como Malcorra, Martínez y Riaño. Quizás, esta decisión hizo que hoy estemos bien, que transitemos este momento con normalidad”.

Esta visión del entrenador acerca a entender esta realidad, en la que Unión arrancó bien el torneo pero los últimos dos partidos lo llevaron a ocupar una posición en la mitad de la cancha, mientras Madelón trata de definir un esquema en medio de algunos vaivenes futbolísticos.

El segundo tiempo con Lanús y buena parte del segundo tiempo en Mendoza, fueron lo más rescatable que tuvo el equipo en cuanto a producción futbolística. En ambos casos, se dio con el ingreso de Rolle, que en ambos cotejos fue al banco. La pregunta que muchos se harán, hoy, es si Rolle debe ser una alternativa para los segundos tiempos o bien arrancar los partidos como titular.

No caben dudas de que esto último sería lo lógico y natural. Pero ingresando en los segundos tiempos se vieron sus mejores actuaciones. Madelón así lo vio luego de Lanús y por eso lo mandó a la cancha desde el vamos contra Belgrano. Volvió a pasar lo mismo ante Godoy Cruz y todo parece indicar que frente a Quilmes, el equipo tendrá el retorno no sólo de Rolle entre los 11, sino del esquema que vino utilizando como habitual en los últimos tiempos.

La vuelta de Zárate y de Brítez entre los titulares, lo ya expresado de Rolle, el retorno de Gamba a ocupar el lugar de extremo por derecha, más la confianza que el técnico volverá a dispensarle a Godoy y Anselmo, parecen estar comprendidos en los planes inmediatos del armado del equipo.

Nereo Fernández; Brítez, García Guerreño, Leo Sánchez y Zárate; Mauro Pittón y Acevedo; Gamba, Rolle, Godoy, Anselmo, es la base titular sobre la que Madelón trabajará con el objetivo de que el equipo produzca algo bueno en condición de local, después de dos actuaciones pobres ante Aldosivi y Belgrano, más un deslucido triunfo ante Olimpo en el debut en este torneo.

¡Qué agendita!

  • Unión sabe que su próximo partido lo jugará el lunes 17 de octubre ante Quilmes y que la organización de la Copa Argentina ya lo programó para el 27 de octubre ante River por cuartos de final de dicho torneo.

En función de esto, la dirigencia y Madelón trabajan respecto de lo que se viene luego de Quilmes y antes y después de River. ¿Por qué?, porque si se mantiene el calendario original, Unión debería jugar el lunes 24 en Victoria ante Tigre, el jueves 27 en Mar del Plata (puede ser San Juan) ante River y el 29 en Santa Fe ante Sarmiento.

Teniendo en cuenta que el partido con Quilmes es el lunes de la otra semana, hay tiempo para efectuar algunos movimientos. Por ejemplo, uno de ellos sería el de cambiar el partido con Tigre; el otro, postergar por uno o dos días el encuentro con Sarmiento.

En este último caso, se cree que debería darse de una manera natural ya que, si se mantiene la fecha del 29 con Sarmiento, sólo habrá dos días de diferencia entre el encuentro con River y el partido contra los verdes de Junín, con un viaje incluido.