Unión superó este sábado a Newell’s por 2-1 y le puso fin a la racha adversa de ocho partidos sin conocer la victoria. Nelson Acevedo y Rodrigo Erramuspe marcaron para el Tate; en tanto Nereo Fernández, en contra, había puesto el empate transitorio para la Lepra. Fueron expulsados el DT Pablo Marini y Sebastián Prediger.
El duelo arrancó con un Unión queriendo ser protagonista. Eso quedó en claro a los 3′, con un remate lejano de Guido Vadalá, que necesitó de la buena intervención del arquero visitante. Fue el aviso de lo que vendría 3′ después, con un remate lejano de Nelson Acevedo, que metió la pelota junto al palo derecho para poner al local arriba 1-0.
Fue como un desahogo para un grupo que venía castigado anímicamente y al que le costaba un montón hacer goles. Es así como también cortó una malaria importante y que lo privaba de obtener resultados positivos. Lógicamente que esa conquista abrió el partido y la Lepra comenzó a adelantarse paulatinamente en el campo. Es así como casi llega al empate a través de Mauro Formica, pero no pudo conectar un centro enviado desde la izquierda por Maxi Rodríguez. Fue el primer aviso.
El ida y vuelta era cada vez más constante y la pierna fuerte también ganaba terreno. Los protagonistas fueron entrando en clima, a punto tal de ser expulsado el entrenador rojiblanco, Pablo Marini, quien protestó por una supuesta falta a Diego Villar. El árbitro Fernando Espinoza lo tomó como excesivo y lo mandó a los vestuarios.
Amén de dicha situación, el encuentro cayó desde lo futbolístico, pero Unión se sintió muy cómodo así, con un Guido Vadalá siendo un arma importante para atacar. Es más, a los 28′, el pibe Brian Blasi, que jugó en lugar de Emanuel Britez como lateral, casi marca el segundo de cabeza, pero no estuvo fino en la definición. Los minutos fueron pasando y el dominio del local era más notorio. El elenco de Diego Osella contribuyó con la causa también, ya que fue inexpresivo y casi no tuvo argumentos para querer inquietar la valla defendida por Nereo Fernández
Diego Villar, que a último momento se metió en el equipo, se sumaba a la conducción junto a Magallán, para que el medio ganara terreno y así aprovechar los piques de Lucas Gamba, Vadalá y Franco Soldano. Cuando parecía que el primer tiempo se extinguía sin más detalles, una patada de Sebastián Prediger a Lucas Gamba derivó en la expulsión por parte de Fernando Espinoza, que no dudó ni un instante. Fue así como llegó el pitazo final para la conclusión del primer tiempo, que tiene a Unión ganando merecidamente por 1-0.
En el segundo tiempo, Newell’s salió renovado y de movida casi lo empata de no ser por dos incursiones de Nereo Fernández, que se lució dos veces consecutivas. Con un jugador de más, el elenco de Pablo Marini ya no era el mismo y por eso, las indicaciones comenzaron a llegar. Es que los rosarinos se acercaban peligrosamente. Y eso terminó costándole caro, ya que en La Fiera Rodriguez hizo una buena jugada dentro del área a los 15′ y su disparo dio en el travezaño, pero para mala fortuna de Unión, el rebote le dio en la espalda a Nereo Fernández y el partido quedó 1-1.
Eso pegó un gran sacudón en el banco local que, como era de esperarse, comenzó a moverse y los cambios no tardaron en llegar. Mauro Pittón fue uno de ellos que, por esas cosas del destino, casi responde con un gol a los 32′, con un zurdazo desde fuera del área y que se fue apenas desviado. Unión crecía y obligaba a Newell’s a resguardarse con un jugador menos.
El trámite era monótono, pero Unión prácticamente acorraló a su rival contra su propio arco, en un claro síntoma que el empate le sentía más que bien. Si bien es cierto que no era del todo claro, cargó de centro del área de la Lepra y, de tanto ir, a los 42′ llegó la aparición de Rodrigo Erramuspe en el segundo palo para poner el 2-1 de cabeza.
Un premio al fuerzo, por ir con todo, pero dejando aún en claro que padece de fragilidad defensiva y que, sin dudas, hace que pene en cada partido. No hubo tiempo para más y un inexpresivo Newell’s no pudo hacer nada para revertir lo que terminaría siendo victoria de Unión por 2-1, cortando la malaria de ocho encuentros sin sumar de a tres. Un bálsamo para Pomelo Marini y compañía, que necesitaban imperiosamente volver al triunfo para ganar en confianza y trabajar con menos presión, de cara a los últimos partidos. Lo positivo es que la ilusión por llegar a la Sudamericana sigue latente.